EL INFIERNO TAN TEMIDO…¿Y DESPUÉS?
Ricardo
Luis Mascheroni - Docente
Estamos en el peor escenario económico desde la asunción de Macri y
cerca del infierno tan temido, que nos retrotrae a tantos malos momentos que
creíamos superados en el país.
Cómo llegamos a esto? Es la pregunta
que muchos deberían hacerse ante este difícil cuadro de situación, y en tal
sentido cada uno de nosotros tendrá su propia respuesta
Los apologistas del Cambio, en una
explicación facilista e hipócrita dirán; que este crítico momento es producto
de la pesada herencia y de que los anteriores funcionarios se afanaron todo.
En sentido contrario quienes venimos
analizando nuestra propia historia y los distintos procesos que se dieron a lo
largo de la misma, no teníamos dudas que estábamos caminando hacia la crónica
de una muerte anunciada, ya que las gestiones civiles o militares con
concepciones neoliberales siempre han tenido el mismo y triste final, el
descalabro de la economía, el empobrecimiento y la pérdida de calidad de vida
de las mayorías nacionales.
Partiendo de esa premisa, que no
significa ni mucho menos, desconocer las falencias, errores y corruptelas de
los gobiernos populares, no podemos dejar de señalar algunos ejes centrales de
la actual gestión que nos llevaron a este desfiladero peligroso y que en muchos
momentos nos hizo sentir que los que alertábamos sobre lo que pasaría sufríamos
el síndrome de Casandra, cuando no éramos acusados de impulsar campañas del
miedo frente a lo que se avecinaba.
Apenas iniciado el mandato del
presidente Macri, y con sus primeras medidas tuvimos un indicio del resultado
de las mismas, ocultado bajo los cantos de sirenas de muchos comunicadores y
medios pauta dependientes, que cantaban loas a políticas que objetivamente
apuntaban al recorte de derechos y beneficios de los sectores históricamente
postergados de la población.
Desde mi punto de vista, Macri nunca
se sintió o se asumió como presidente de todos los argentinos, sino de las
corporaciones, amigos y grupos económicos que lo habían apalancado para su
arribo a la casa Rosada y en tal sentido armó una estrategia destinada a
favorecer a los mismos y ello queda palmariamente demostrado con algunas de las
resoluciones tomadas ad inicio, que a la par de enriquecer a los que más
tienen, contribuyeron al desfinanciamiento del Estado.
Valga para ejemplificar lo dicho,
aunque no son las únicas, la eliminación de las retenciones a los agro negocios
y a las mineras o la reducción de ellas a la soja.
Cómo si ello no bastara para
graficar el nivel de irresponsabilidad temeraria, se desplegó una parafernalia
cínica e hipócrita, a través de todas las mentiras de campaña o promesas
incumplidas a sabiendas, las que se profundizan día a día con la aparición de
los funcionarios en cada medio de prensa, que se constituyen en una afrente a
la inteligencia de muchos.
En ese accionar el gobierno no
estuvo solo, sino que contó con la complicidad de una poderosa alianza pocas
veces vista en el país, encarnada por partidos como la U.C.R. tradicionalmente
en las antípodas de las posiciones políticas del Pro, sectores del peronismo
gremial o político que liberaron su odio embozado contra Cristina y que por
ello o conveniencia personal convalidaron el latrocinio, el partido judicial
enrolado en un nuevo operativo Cóndor del Cono Sur para debilitar los procesos
populares en la región y la actividad pérfida de los grandes medios de
comunicación con su blindaje procaz.
Sumemos a ello la candidez, la
ignorancia, odios y pasiones malsanas de muchos de nuestros compatriotas y
tendremos un terreno fecundo para el florecimiento de la anti política y la pos
verdad, todo lo cual convalidó los avances o mejor dicho los retrocesos en el
proceso democrático e institucional.
La liberación del mercado cambiario
y de las importaciones sin control, la estigmatización de los críticos y
persecución de opositores, la pauperización de las jubilaciones y pensiones, el
blanqueo injusto e ilegítimo de capitales, los despidos arbitrarios y la
precarización laboral con la consiguiente rebaja salarial, vienen a completar
el cuadro de situación con el que los argentinos deberemos lidiar y padecer en
los próximos años, aunque este gobierno se eyecte en este momento.
Esta gestión está dejando la peor
herencia, un endeudamiento feroz, la destrucción del aparato productivo
nacional y una concentración económica en pocas manos como nunca antes se había
visto.
Como si todo fuera poco, en el
barrio la muchachada diría: “y para colmo parió la abuela”, equivalente a la
Ley de Murphy: de si algo puede salir mal, saldrá mal. Y si además puede
empeorar, lo hará.
Y reaparecieron el FMI exigiendo más
ajustes y recortes y Domingo Cavallo dando consejos, todo lo cual genera un
cóctel peligroso de consecuencias imprevisibles e impredecibles, que sin lugar
a dudas nos introduce en la pregunta del millón del epígrafe del presente ¿Y
DESPUÉS?, con toda la carga de angustias, temores e inseguridades que la misma
trae aparejada y que hay que ser muy valiente para responderla con sinceridad.
El gobierno está actuando con
premeditación y alevosía contra los argentinos y la respuesta popular debe ser
en defensa propia.
Ricardo Luis Mascheroni - Docente